Porque me apasiona y ha despertado mi curiosidad intelectual, me aventuro a escoger como tema de mi primer ensayo, uno tan controvertible y delicado como éste, no obstante estar yo apenas iniciado en el estudio de la filosofía.
El nombre de Erasmo despierta en la mente del hombre culto el recuerdo de polémicas y disputas que pasaron a la historia con el soplo tormentoso del gran cisma que rompió la unidad de la Iglesia Católica y llevó a la arena de la lucha ardiente a los cristianos de la vieja Europa.