¿Qué se está haciendo
por cambiar?
Sugerencias para reducir el desperdicio de alimentos y ayudar a personas en condición de vulnerabilidad
A escala mundial existen planes ejecutados por las agencias adheridas a la Organización de las Naciones Unidas y tratan el tema de la seguridad alimentaria, como el Programa Mundial de Alimentos (PMV) que insiste en mejorar la infraestructura de almacenamiento y técnicas de cultivos para evitar que los agricultores pierdan grandes porciones de productos.
La FAO impulsa el programa “Save food” que prioriza la reutilización y reciclado ecológico de los alimentos que se pierden o desperdician. Mientras que el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) aporta con créditos rurales para proyectos en países en desarrollo donde se mejore la seguridad alimentaria de sus habitantes.
En Colombia, según Santiago Mazo, experto en nutrición de la FAO, la institución es un acompañante en la construcción de los lineamientos nacionales para prevenir pérdidas y desperdicios de alimentos: “Queremos cumplir con dos compromisos internacionales que el Estado ha firmado los cuales son el plan de seguridad alimentaria y nutricional de los países miembros de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), firmado en 2015 y cuya meta es reducir a la mitad las perdidas y desperdicios al 2025, y lógicamente los objetivos de desarrollo sostenible que tienen la misma meta”.
El Gobierno impulsó, en el 2016, el programa “Desperdicio Cero” en la central de CORABASTOS, con el fin de articular e impulsar buenas prácticas en actividades agropecuarias y así disminuir pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha. En la actualidad, según Diego Buitrago, vocero de la Dirección Nacional de Planeación (DNP), el proyecto sigue vigente, sin embargo, no se han podido obtener resultados sustanciales sobre el tema, debido a que esto amerita recursos y nuevos estudios sobre las pérdidas y desperdicios de alimentos.
Con respecto al hambre, la acciones orientadas a reducir las pérdidas y desperdicios de alimentos no están enfocadas en mejorar la seguridad alimentaria de los habitantes, sino en ayudar a que los agricultores mejoren su condición económica al aprovechar al máximo sus productos en el mercado.
Aunque las cifras de personas que pasan hambre en el mundo son inaceptables, conseguir que esta problemática desaparezca en su totalidad aún es una meta imposible.
Existen organizaciones sin fines de lucro como la "Red Mundial de Bancos de Alimentos" o "The Global Food Banking Network”, a través de donaciones por parte de empresas públicas y privadas, trabajo en recuperación de alimentos desperdiciados en campos agrícolas y mercados, aportan a que millones de personas en más de 30 países, cuenten con alimentación diaria.
Con un trabajo similar, en Colombia se cuenta con la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (ABACO), quien se encarga de recibir alimentos por parte de 1.308 donantes del sector público, privado, industrial, comerciantes y personas naturales interesados en ayudar a mejorar la seguridad alimentaria de la población.
De acuerdo a su director Juan Carlos Buitrago, en el país existen 18 bancos y en cada uno se realiza un proceso de fortalecimiento anual: “Cada año visitamos los bancos y aplicamos una guía de certificación, miramos cómo están en calidad. También hacemos intercambio de experiencias y aportamos con conocimientos para mejorar unos a otros.
Entre las iniciativas que impulsa ABACO está el proyecto “REAGRO”, que consiste en acudir al sector rural y junto a los agricultores rescatar los alimentos que no se pueden comercializar y así distribuirlos a los bancos de alimentos en el país.
Para Luz Mireya Barrera, miembro del gremio de agricultores del Municipio de Silvania, departamento de Cundinamarca, el proyecto REAGRO ha facilitado que los calabacines que cultiva y que por razones de producción salen de dos colores, por lo cual no se pueden vender, se vayan para una buena causa. Antes, estos productos iban para el ganado o simplemente se perdían en el potrero.
En el caso de reducir por completo las pérdidas y desperdicios de alimentos, según Juan Carlos Buitrago, el trabajo de los bancos de alimentos no desaparecerá: "En el caso de que ya no existan tantas pérdidas y desperdicios, los bancos se pueden ir transformando porque trabajar en la seguridad alimentaria es un trabajo que nunca va a acabar”.
Para produndizar más sobre las actividades que desarrolla un banco de alimentos en Colombia y a quiénes beneficia, continúe al capítulo cuatro.